Arnold concibe al artista como  un hijo de su época, su obra como un archivo histórico y social de esta, con una carga objetiva, por lo cual sus procesos plásticos parten de sus experiencias de observación, atravesados por los problemas propios del crecimiento como: la sexualidad, enajenación, dolor, amor, muerte, auto reconocimiento etc.

 

 

Plantea sus obras como huellas en su propia búsqueda de construcción y afirmación personal, sin desconocer la importancia de la otredad en dicho proceso, debido a esto su trabajo tiene la intención de generar incógnitas y abrir diálogos en el conjunto de preceptos y prejuicios colectivos, que también conforman la personalidad del otro. Sus métodos creativos están fuertemente marcados por la gestualidad, la narrativa y el concepto de interdisciplinariedad debido a esto los limites matericos entre dibujo, objeto y pintura son algo difuso en sus creaciones, abriendo  la pregunta por instancias instalativas cercanas al bricollage. Su trabajo considerado por muchos como transgresor o incluso escatológico, representa la posición ética y política inherente al artista.